¿Cómo reducir la huella de carbono en una obra?
Reducir la huella de carbono en la construcción: retos y soluciones
El sector de la construcción es el mayor consumidor de energía y uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, si se consideran tanto las emisiones generadas durante la ejecución de la obra como las que persisten durante la vida útil del edificio.
En 2019, el sector generó:
• 68 millones de toneladas equivalentes de petróleo,
• 130 millones de toneladas de CO₂,
• 23 % de las emisiones nacionales,
¡Un aumento del 15 % desde 1990!
Por ello, la evaluación de la huella de carbono se convierte cada vez más en un criterio clave para promotores y responsables de obra.
Más del 50 % de los recursos del planeta van a la construcción
Pero existen soluciones concretas para reducir la huella de carbono de tus futuras obras. ¡Veámoslas juntas!
¿Construir o renovar?
Construir un edificio nuevo genera una huella de carbono mucho mayor que rehabilitar uno existente.
Evitar el uso de hormigón es una manera directa de reducir las emisiones.
Sin embargo, una simple renovación no siempre es suficiente desde el punto de vista del rendimiento energético a largo plazo.
En muchos casos, es preferible una rehabilitación integral que permita mejorar significativamente el comportamiento energético del edificio.
Elegir bien los materiales
El 85 % de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la fabricación de materiales.
El hormigón/cemento es el principal responsable. Pero ya existen alternativas:
• Cemento Hoffmann Green, de menor impacto ambiental
• Madera con gestión sostenible, que permite reducir un 30 % la huella de una obra
• Estructuras metálicas, como en los baños prefabricados, que también permiten limitar el impacto ambiental
Optar por una obra seca
En este contexto de creciente preocupación ecológica, urge buscar alternativas al modelo tradicional de obra.
Una solución más responsable consiste en industrializar parcial o totalmente el proyecto.
Un proceso sin agua reduce considerablemente el impacto ambiental, ya que:
• se racionaliza el uso de recursos,
• se limitan los residuos y emisiones,
• se optimizan cantidades y materiales.
Construir con lógica y visión de futuro
Diseñar el edificio desde el principio con su uso en mente, optimizar los espacios, evitar superficies mal aprovechadas y limitar el consumo energético durante su explotación…
Todo eso contribuye a una construcción más inteligente y sobria.
Y para ir aún más lejos, es crucial que los edificios sean reversibles:
Que puedan adaptarse a nuevos usos con el tiempo (por ejemplo, que un edificio de oficinas pueda transformarse en viviendas y viceversa).
Para profundizar:
• Descubre qué es la reversibilidad
• Conoce cómo los baños prefabricados contribuyen a reducir el impacto medioambiental